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lunes, 26 de noviembre de 2012


ZYGMUNT BAUMAN Y LA MODERNIDAD LÍQUIDA

¿Por qué no se puede ser feliz en este tren?

Lo que pasa es que, en estas circunstancias, ya no hay propiedad en los deseos, se han colectivizado por imposición, se muestran nuestros deseos por TV, se convierten en nuestros deseos al “importarse” desde el señuelo televisivo o mediático hasta nuestra mente. Nos apropiamos, sin saberlo, de verdaderos parásitos psicológicos, mentales, existenciales.

Consumismo Bauman

Busca así, el ser moderno, saciar este apetito inaprensible mediante la adquisición de artículos y bienes materiales; pero el vacío que intenta llenar es otro, es un reclamo que busca la recuperación de los vínculos con los demás y con el entorno.
La amorfa consistencia de las relaciones actuales, la cada vez más fácil “capacidad” de disolver pactos personales, la brevedad de las relaciones interpersonales, etc. hablan de una liquidez en el mundo social y un enfriamiento del mundo afectivo. Existe así una sensación de inestabilidad y esto, en el ámbito educativo, se traduce en desinterés, en tanto: “Para qué aprender algo que en unos meses se vuelve obsoleto” como ocurre con los conocimientos de informática, genética, arte y otras disciplinas en continua transformación.
Nos llama la atención observar: Más cosas hay en el mercado, más ansias de poseer renacen.
¿Qué ocurre? ¿Por qué la tenencia de cosas incita a acaparar más todavía?
Esto puede ejemplificarse diciendo que el sistema “rasca donde no pica”, se pretende apagar la sed con agua salada, se ofrece, a la gente, la alternativa de elegir el camino pero sin mostrarle jamás a donde conduce.

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