ZYGMUNT BAUMAN Y LA MODERNIDAD LÍQUIDA
¿Por qué no se puede ser feliz en este tren?
Lo que pasa es que, en estas circunstancias, ya no hay propiedad en los deseos,
se han colectivizado por imposición, se muestran nuestros deseos por
TV, se convierten en nuestros deseos al “importarse” desde el señuelo
televisivo o mediático hasta nuestra mente. Nos apropiamos, sin saberlo,
de verdaderos parásitos psicológicos, mentales, existenciales.
Busca así, el ser moderno, saciar este apetito inaprensible mediante
la adquisición de artículos y bienes materiales; pero el vacío que
intenta llenar es otro, es un reclamo que busca la recuperación de los
vínculos con los demás y con el entorno.
La amorfa consistencia de las relaciones actuales, la cada vez más
fácil “capacidad” de disolver pactos personales, la brevedad de las
relaciones interpersonales, etc. hablan de una liquidez en el mundo
social y un enfriamiento del mundo afectivo. Existe así una sensación de
inestabilidad y esto, en el ámbito educativo, se traduce en desinterés,
en tanto: “Para qué aprender algo que en unos meses se vuelve obsoleto”
como ocurre con los conocimientos de informática, genética, arte y
otras disciplinas en continua transformación.
Nos llama la atención observar: Más cosas hay en el mercado, más ansias de poseer renacen.
¿Qué ocurre? ¿Por qué la tenencia de cosas incita a acaparar más todavía?
Esto puede ejemplificarse diciendo que el sistema “rasca donde no
pica”, se pretende apagar la sed con agua salada, se ofrece, a la gente,
la alternativa de elegir el camino pero sin mostrarle jamás a donde
conduce.
Tomado de: Modernidad líquida y existencia líquida (http://intercambia.net/temas/index.php/zygmunt-bauman-modernidad-liquida-y-existencia-liquidada/)
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