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miércoles, 28 de noviembre de 2012
LA ESTÉTICA TRASCENDENTAL
Cualquiera que sea el modo como un conocimiento pueda relacionarse con los objetos, aquel en que la relación es inmediata y que sirve de medio a todo pensamiento se llama intuición.
Pero esta intuición sólo tiene lugar en tanto que el objeto nos es
dado, lo cual sólo es posible, al menos para nosotros los humanos,
cuando el espíritu ha sido afectado por él de cierto modo. Se llama sensibilidad
la capacidad de recibir las representaciones según la manera como los
objetos nos afectan. Los objetos nos son dados mediante la sensibilidad,
y ella unicamente es la que nos ofrece las intuiciones; pero, sólo el
entendimiento los concibe y forma los conceptos. Mas todo pensamiento
debe referirse en último término, directa o indirectamente, mediante
ciertos signos, a las intuiciones, y por consiguiente a la sensibilidad;
pues de otra manera ningún objeto puede sernos dado. Consiste la sensación
en el efecto de un objeto sobre nuestra facultad representativa, al ser
afectado por él. Se llama empírica la intuición que se relaciona con un
objeto mediante la sensación. El objeto indeterminado de una intuición
empírica se llama fenómeno.
Dentro de esta teoría del conocimiento una parte elemental son las
denominadas intuiciones puras. Las intuiciones puras es todo aquello en
lo cual no se halla nada de lo que pertenece a la sensación. Percibe
toda diversidad de los fenómenos bajo relaciones a priori. Según Kant las intuiciones puras son el espacio y el tiempo.
ESPACIO Forma pura de la sensibilidad |
TIEMPO Forma del sentido interno y condición formal de todos los fenómenos |
1. El espacio no es un concepto empírico extraído de experiencias externas | 1. El tiempo no es un concepto empírico extraído de alguna experiencia |
2. El espacio es una necesaria representación a priori que sirve de base a todas las intuiciones externas | 2. El tiempo es una representación necesaria que sirve de base a todas las intuiciones |
3. El espacio no es un concepto discursivo, (...) sino una intuición pura | 3. El tiempo no es concepto discursivo o, como se dice, universal, sino una forma pura de la intuición sensible |
4. La originaria representación del espacio es, pues, una intuición a priori no un concepto | 4. La originaria representación tiempo debe estar, pues, dada como ilimitada |
Tomado de: Estética trascendental (http://es.wikipedia.org/wiki/Est%C3%A9tica_trascendental)
LA DUDA METÓDICA
LA DUDA METÓDICA
Método esencial de la filosofía cartesiana que tiene como objetivo la
fundamentación radical del conocimiento y que consiste en rechazar como
inadecuadas todas aquellas creencias de las cuales pueda plantearse alguna duda.
El ejercicio de la duda metódica pone en cuestión el valor de los sentidos pero
tambien el de la razón deductiva. El mundo físico, el cuerpo ajeno y el propio
no superarán la duda metódica. Sólo el cogito resiste los embates de la duda
metódica.
Este método le sirvió a Descartes para el descubrimiento del cogito, concepto que expresa, por una parte como la primera verdad, la verdad plena y absolutamente cierta ("pienso, luego existo"), y por otra, la realidad especial a que dicha verdad se refiere: la mente autoconsciente. La duda metódica, en especial su crítica a los sentidos le sirvió a Descartes para la defensa del carácter inmaterial de la mente: todos los cuerpos son dudables, incluido el propio, la mente propia no lo es, luego la mente debe estar constituida de una realidad distinta a la física, las mentes son substancias pensantes ("res cogitans"), los cuerpos substancias extensas (" res extensa").
Tomado de: Duda Metódica (http://www.e-torredebabel.com/Psicologia/Vocabulario/Duda-Metodica.htm)
lunes, 26 de noviembre de 2012
ZYGMUNT BAUMAN Y LA MODERNIDAD LÍQUIDA
¿Por qué no se puede ser feliz en este tren?
Lo que pasa es que, en estas circunstancias, ya no hay propiedad en los deseos,
se han colectivizado por imposición, se muestran nuestros deseos por
TV, se convierten en nuestros deseos al “importarse” desde el señuelo
televisivo o mediático hasta nuestra mente. Nos apropiamos, sin saberlo,
de verdaderos parásitos psicológicos, mentales, existenciales.
Busca así, el ser moderno, saciar este apetito inaprensible mediante
la adquisición de artículos y bienes materiales; pero el vacío que
intenta llenar es otro, es un reclamo que busca la recuperación de los
vínculos con los demás y con el entorno.
La amorfa consistencia de las relaciones actuales, la cada vez más
fácil “capacidad” de disolver pactos personales, la brevedad de las
relaciones interpersonales, etc. hablan de una liquidez en el mundo
social y un enfriamiento del mundo afectivo. Existe así una sensación de
inestabilidad y esto, en el ámbito educativo, se traduce en desinterés,
en tanto: “Para qué aprender algo que en unos meses se vuelve obsoleto”
como ocurre con los conocimientos de informática, genética, arte y
otras disciplinas en continua transformación.
Nos llama la atención observar: Más cosas hay en el mercado, más ansias de poseer renacen.
¿Qué ocurre? ¿Por qué la tenencia de cosas incita a acaparar más todavía?
Esto puede ejemplificarse diciendo que el sistema “rasca donde no
pica”, se pretende apagar la sed con agua salada, se ofrece, a la gente,
la alternativa de elegir el camino pero sin mostrarle jamás a donde
conduce.
Tomado de: Modernidad líquida y existencia líquida (http://intercambia.net/temas/index.php/zygmunt-bauman-modernidad-liquida-y-existencia-liquidada/)
ZYGMUNT BAUMAN Y LA MODERNIDAD LÍQUIDA
Desterritorialización; adicción a la seguridad y miedo al miedo
La pertenencia a “ningún sitio”, la ausencia de raíces, de anclajes, de territorio sume a nuestra cultura en el desasosiego y el miedo. Todos nos aferramos a seguridades, a plataformas, a espacios que no se mueven, a salvavidas virtuales de la angustia.
Lo “líquido” de la modernidad – volviendo a la concepción de Baumam - se refiere a la conclusión de una etapa de “incrustación” de los individuos en estructuras “sólidas”, como el régimen de producción industrial o las instituciones democráticas, que tenían una fuerte raigambre territorial. Ahora, “el secreto del éxito reside (…) en evitar convertir en habitual todo asiento particular”. La apropiación del territorio ha pasado de ser un recurso a ser un lastre, debido a sus efectos adversos sobre los dominadores: su inmovilización, al ligarlos a las inacabables y engorrosas responsabilidades que inevitablemente entraña la administración de un territorio.
Nuestras ciudades, afirma Bauman, son metrópolis del miedo, lo cual no deja de ser una paradoja, dado que los núcleos urbanos se construyeron rodeados de murallas y fosos para protegerse de los peligros que venían del exterior. Lo que Sloterdijk llamó “la ciudad amurallada” hoy ya no es un refugio, sino la fuente esencial de los peligros.
Nos hemos convertidos en ciudadanos “adictos a la seguridad pero siempre inseguros de ella” (Sloterdijk), lo aceptamos como si fuera lógico, o al menos inevitable, hasta tal punto que, en opinión de Zygmunt Bauman, contribuimos a “normalizar el estado de emergencia”.
El miedo es más temible cuando es difuso, disperso, poco claro; cuando flota libre, sin vínculos, sin anclas, sin hogar ni causa nítidos; cuando nos ronda sin ton ni son; cuando la amenaza que deberíamos temer puede ser entrevista en todas partes, pero resulta imposible situarla en un lugar concreto.
"Miedo" es el nombre que damos a nuestra incertidumbre: a nuestra ignorancia con respecto a la amenaza y a lo que no se puede hacer para detenerla o para combatirla (Z. Bauman, Miedo Líquido, 2007).
Los temores son muchos y variados, reales e imaginarios… un ataque terrorista, las plagas, la violencia, el desempleo, terremotos, el hambre, enfermedades, accidentes, el otro… Gentes de muy diferentes clases sociales, sexo y edades, se sienten atrapados por sus miedos, personales, individuales e intransferibles, pero también existen otros globales que nos afectan a todos, como el miedo al miedo…
Los miedos nos golpean uno a uno en una sucesión constante aunque azarosa, ellos desafían nuestros esfuerzos (si es que en realidad hacemos esos esfuerzos) de engarzarlos y seguirles la pista hasta encontrar sus raíces comunes, que es en realidad la única manera de combatirlos cuando se vuelven irracionales. El miedo ha hecho que el humor del planeta haya cambiado de manera casi subterránea.
La pertenencia a “ningún sitio”, la ausencia de raíces, de anclajes, de territorio sume a nuestra cultura en el desasosiego y el miedo. Todos nos aferramos a seguridades, a plataformas, a espacios que no se mueven, a salvavidas virtuales de la angustia.
Lo “líquido” de la modernidad – volviendo a la concepción de Baumam - se refiere a la conclusión de una etapa de “incrustación” de los individuos en estructuras “sólidas”, como el régimen de producción industrial o las instituciones democráticas, que tenían una fuerte raigambre territorial. Ahora, “el secreto del éxito reside (…) en evitar convertir en habitual todo asiento particular”. La apropiación del territorio ha pasado de ser un recurso a ser un lastre, debido a sus efectos adversos sobre los dominadores: su inmovilización, al ligarlos a las inacabables y engorrosas responsabilidades que inevitablemente entraña la administración de un territorio.
Nuestras ciudades, afirma Bauman, son metrópolis del miedo, lo cual no deja de ser una paradoja, dado que los núcleos urbanos se construyeron rodeados de murallas y fosos para protegerse de los peligros que venían del exterior. Lo que Sloterdijk llamó “la ciudad amurallada” hoy ya no es un refugio, sino la fuente esencial de los peligros.
Nos hemos convertidos en ciudadanos “adictos a la seguridad pero siempre inseguros de ella” (Sloterdijk), lo aceptamos como si fuera lógico, o al menos inevitable, hasta tal punto que, en opinión de Zygmunt Bauman, contribuimos a “normalizar el estado de emergencia”.
El miedo es más temible cuando es difuso, disperso, poco claro; cuando flota libre, sin vínculos, sin anclas, sin hogar ni causa nítidos; cuando nos ronda sin ton ni son; cuando la amenaza que deberíamos temer puede ser entrevista en todas partes, pero resulta imposible situarla en un lugar concreto.
"Miedo" es el nombre que damos a nuestra incertidumbre: a nuestra ignorancia con respecto a la amenaza y a lo que no se puede hacer para detenerla o para combatirla (Z. Bauman, Miedo Líquido, 2007).
Los temores son muchos y variados, reales e imaginarios… un ataque terrorista, las plagas, la violencia, el desempleo, terremotos, el hambre, enfermedades, accidentes, el otro… Gentes de muy diferentes clases sociales, sexo y edades, se sienten atrapados por sus miedos, personales, individuales e intransferibles, pero también existen otros globales que nos afectan a todos, como el miedo al miedo…
Los miedos nos golpean uno a uno en una sucesión constante aunque azarosa, ellos desafían nuestros esfuerzos (si es que en realidad hacemos esos esfuerzos) de engarzarlos y seguirles la pista hasta encontrar sus raíces comunes, que es en realidad la única manera de combatirlos cuando se vuelven irracionales. El miedo ha hecho que el humor del planeta haya cambiado de manera casi subterránea.
Tomado de: La modernidad líquida podría "licuar" las religiones (http://www.tendencias21.net/La-modernidad-liquida-podria-licuar-las-religiones_a12121.html)
martes, 20 de noviembre de 2012
"DIOS HA MUERTO"

Cuando Nietzsche predica la muerte de Dios no quiere decir que Dios haya
existido y después haya muerto (un absurdo). Esta tesis señala simplemente
que la creencia en Dios ha muerto, expresa el fin de toda creencia
en entidades absolutas. Veamos los principales aspectos de esta
concepción:
1) Dios no crea al hombre sino
el hombre a Dios.
2)
La
creencia en Dios
sirve para dar un consuelo a los hombres de la miseria y sufrimiento
existente en este mundo; es una consecuencia de la vida decadente e
incapaz de aceptar el mundo en su dimensión trágica; la idea de Dios es un
refugio para los que no pueden aceptar la vida.
3)
“Muerte de
Dios”: Nietzsche
considera que estamos ante un acontecimiento actual; estamos en un tiempo
histórico clave pues en él observamos la necesidad de su final.
4)
“Concepto
de Dios”:
Nietzsche se refiere al dios del cristianismo, pero también a todo aquello
que puede sustituirle, porque Dios no es una entidad sino un lugar,
una figura posible del pensamiento, representa lo Absoluto. Dios es la
metáfora para expresar la realidad que se presenta como la Verdad y el
Bien, como el supuesto ámbito objetivo que puede servir de referente a la
existencia por encontrarse más allá de
ésta y darle un sentido. Todo aquello que sirve a los hombres para dar un
sentido a la vida, pero que sin embargo se pone fuera de la vida,
es semejante a Dios: la Naturaleza, el Progreso, la Revolución, la
Ciencia, tomadas como realidades absolutas son el análogo a Dios. Cuando
Nietzsche declara que Dios ha muerto quiere indicar que los hombres viven
desorientados, que ya no sirve el horizonte último en el que siempre se ha
vivido, que no existe una luz que nos pueda guiar de modo pleno.
5) Consecuencia de la “muerte de Dios”:
para Nietzsche con dicha “muerte” podemos y debemos vivir sin lo absoluto,
en la “inocencia del devenir”. Es la condición para la aparición del
superhombre.
La idea
nietzscheana del nihilismo tiene varias significaciones:
1.
Nihilismo
como decadencia vital:
la cultura que cree en la existencia de una realidad absoluta, realidad en
la que se sitúan los valores objetivos de la Verdad y el Bien, es una
cultura nihilista. Dado que el cristianismo concentra esta realidad
absoluta en la figura de Dios, a la que opone el mundo de las cosas
naturales, la cultura cristiana y toda
la cultura occidental, es nihilista pues dirige toda su pasión y esperanzas a algo inexistente, (el Dios cristiano, el Mundo
Ideal y Racional de los filósofos), despreciando así la única realidad
existente, la realidad del mundo que se ofrece a los sentidos, la realidad
de la vida.
2. Nihilismo
activo: es
también nihilista la filosofía que intenta mostrar cómo los valores
dominantes son una pura nada, una invención; Nietzsche es nihilista en
este sentido pues propone la destrucción completa de todos los valores
vigentes y su sustitución por otros
radicalmente nuevos. Este nihilismo es una fase necesaria para la
aparición de un nuevo momento en la historia de la cultura, para el
reencuentro con el “sentido de la tierra”, la aparición de una nueva
moral y de un nuevo hombre, el superhombre.
3. Nihilismo
pasivo: es una
de las consecuencias de la “muerte de Dios”, aparece por la consciencia
del carácter radicalmente infundado de la creencia en lo sobrenatural,
en el mundo del espíritu, de la creencia religiosa. Durante siglos nuestra
cultura ha considerado que los valores descansan en algo trascendente y
objetivo gracias al cual la existencia tiene sentido; la vida tiene un
sentido porque algo exterior a ella se lo da.
Con la muerte de Dios sobreviene la
crisis del sentido y el convencimiento de que la existencia es
absolutamente insostenible, vacía, carente de sentido. El
“nihista pasivo” no cree en ningún valor, puesto que considera que todo
valor es posible sólo si Dios existe, y Dios no existe. Termina en la
desesperación, la inacción, la renuncia al deseo, el suicidio.
Tomado de: Friedrich Nietzsche. Resumen de su pensamiento (segunda parte). (http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Resumenes/Nietzsche-Resumen1.htm)
FRIEDRICH NIETZSCHE
(Röcken, cerca de Lützen, 15 de octubre de 1844 – Weimar, 25 de agosto de 1900) fue un filósofo, poeta, músico y filólogo alemán, considerado uno de los pensadores modernos más influyentes del siglo XIX.
Realizó una crítica exhaustiva de la cultura, la religión y la filosofía occidental, mediante la deconstrucción
de los conceptos que las integran, basada en el análisis de las
actitudes morales (positivas y negativas) hacia la vida. Este trabajo
afectó profundamente a generaciones posteriores de teólogos, filósofos, sociólogos, psicólogos, poetas, novelistas y dramaturgos.Meditó sobre las consecuencias del triunfo del secularismo de la Ilustración, expresada en su observación «Dios ha muerto», de una manera que determinó la agenda de muchos de los intelectuales más célebres después de su muerte. Si bien hay quienes sostienen que la característica definitoria de Nietzsche no es tanto la temática que trataba sino el estilo y la sutileza con que lo hacía, fue un autor que introdujo, como ningún otro, una cosmovisión que ha reorganizado el pensamiento del siglo XX, en autores tales como Martin Heidegger, Michel Foucault, Jacques Derrida, Gilles Deleuze, o Gianni Vattimo, entre otros.
Nietzsche recibió amplio reconocimiento durante la segunda mitad del siglo XX como una figura significativa en la filosofía moderna. Su influencia fue particularmente notoria en los filósofos existencialistas, críticos, fenomenológicos, postestructuralistas y postmodernos y en la sociología de Max Weber. Es considerado uno de los tres «Maestros de la sospecha» (según la conocida expresión de Paul Ricoeur), junto a Karl Marx y Sigmund Freud.

Áreas de estudio:
- Conocimiento
- Metafísica
- Moral tradicional
MARXISMO
Llamamos
marxismo al conjunto de ideas políticas, económicas y filosóficas que
nacen con la obra de Karl Marx, pero que van unidas al activismo obrero y
que posteriormente han sido desarrolladas por muchos autores. El
marxismo es la doctrina o cuerpo ideoógico que corona con genial
coherencia las tres fuentes ideológicas más avanzadas de la Europa del
s.XIX: el socialismo francés (Saint-Simon, Fourier, Proudhon), la
filosofía clásica alemana (Feuerbach, Hegel) y la economía política
inglesa (David Ricardo, Adam Smith).
Engels llamó al marxismo o comunismo "socialismo científico", para distinguirlo de los socialismos
"moderados" pequeño-burgueses, del socialismo utópico francés, o del
socialismo anarquista. Hoy en día forma parte de la ideología de los
principales movimientos obreros y de emancipación en todo el mundo.
Nace en 1818
en Treveris (Prusia). Hijo de una familia económicamente acomodada,
culta, no revolucionaria. Su padre era un abogado judío. Su hermano
llegó a ministro del interior y el se casó con una amiga de la infancia
que pertenecía a la aristocracia. No provenía por tanto de una familia
"proletaria", aunque gran parte de su vida tanscurrió en la miseria.
Esto le permitió estudiar jurisprudencia, historia y filosofía en
universidades de Bonn y Berlín.
Participa en el círculo de los Hegelianos de
izquierda, que se esfuerzan por extraer de la filosofía de Hegel
conclusiones ateas. Aún no critica seriamente a Hegel. Escribe su tesis
final sobre Epicuro (materialista de la antigua Grecia). Comienza a
seguir la crítica de la teología y del idealismo que hace Ludwig
Feuerbach, orientándose al materialismo. Por esa época (1843) es nombrado redactor jefe de
"La Gaceta Renana", periódico de izquierdas que es censurado
continuamente y al final clausurado por el gobierno. Tras esta
experiencia se da cuenta de que sus conocimientos sobre economía
política son insuficientes y se dedica al estudio de esta ciencia.
Se instala en París, donde escribe artículos para
una revista clandestina, en los que se muestra más revolucionario y se
dirige ya a las masas de proletarios. Un año después llega a París
Friederich Engels. Se hacen íntimos amigos combatiendo el socialismo
burgués y desarrollando la teoría y la táctica del socialismo proletario
revolucionario o Comunismo.
Expulsado de París por revolucionario, se instala en
Bruselas (Holanda). Él y Engels se afilian a la clandestina Liga de los
Comunistas, en cuyo 2º Congreso redactan el Manifiesto del Partido
Comunista (1848). En él dan a conocer con brillante claridad una nueva
visión del mundo, razonada con indiscutible coherencia, explicando el
papel que juega la lucha de clases en la historia.
Cuando estalla el periodo de revoluciones que
confirman y difunden la teoría revolucionaria marxista, Karl Marx es
expulsado sucesivamente de Bélgica, Alemania y París. Finalmente, vive
exiliado en Londres, en la más absoluta miseria (que mató a varios de
sus hijos), puesto que había entregado todos sus esfuerzos a la causa
revolucionaria. La ayuda económica que recibe de su amigo Engels,
le permite terminar su obra cumbre: "El Capital" (1867), en pleno auge
de los movimientos obreros comunistas. Ese mismo año se funda la
Asociación Internacional de Trabajadores, de la que fue el alma, y en la
que realiza la doble tarea de unificar y a la vez combatir otros
movimientos sociales: Prohudonianos, Lasalleanos semi-derechistas,
Bakuninistas, tradeunionistas liberales,...
Tras la caída de la Comuna de París (experimento
socialista analizado por Marx en una obra de igual título), la A.I.T. se
desmorona, gracias a la escisión provocada por los Bakuninistas que
discrepan de la necesidad de un Partido Comunista que unifique a las
masas trabajadoras y las oriente hacia la revolución emancipadora. Su
entrega e intensa actividad, minaron su salud decisivamente, hasta que
en 1883 murió mientras dormía en su sillón.
Tomado de: Introducción al Marxismo (http://www.nodo50.org/garibaldi/contenido/introducc.htm#indice)
miércoles, 7 de noviembre de 2012
ALIENACIÓN EN FEUERBACH
CONCEPTO DE ENAJENACIÓN (ALIENACIÓN)
De su crítica a la religión se desprende este concepto, tal vez el más influyente de su obra. Parte de una inversión de términos: sujeto por predicado. Dios no crea al hombre, el hombre crea a Dios proyectándose y proyectando sus mejores atributos en él. Es, entonces, simplemente un producto del hombre. Pero este producto se vuelve ajeno a su productor y lo domina. Las propiedades del hombre se enajenan en Dios, el objeto aparece con vida propia y domina al sujeto. Para Feuerbach, esta enajenación estaba en la conciencia humana, y un simple acto de la misma podía resolverla.
Karl Marx retoma este concepto y lo amplía en sus Manuscritos económicos y filosóficos de 1844. Para él, la enajenación humana no se encuentra solamente en el plano de la conciencia, sino en el plano real. Ahora el hombre se enajena en el trabajo, y para resolver esta enajenación se necesitan acciones prácticas, una filosofía de la praxis.
Tomado de: Ludwing Feuerbach (http://es.wikipedia.org/wiki/Ludwig_Feuerbach#Concepto_de_enajenaci.C3.B3n_.28alienaci.C3.B3n.29)
RELACIÓN FILOSOFÍA-SOCIEDAD
Como eje fundamental de este blog, se manejaran las temáticas de sociedad y filosofía, buscando identificar las relaciones que se manifiestan en nuestro contexto.
Lo que se busca es generar discusiones y diálogos, a partir de los cuales, las personas logren acceder a nuevos conocimientos y que se produzca una conciencia y una cultura, que ayuden a generar una transformación positiva de la realidad en que vivimos. Queremos formar una realidad por ahora utópica, donde la educación tenga más valor que la milicia, donde la corrupción no sea la que gobierne los países, y donde la sociedad tenga una cultura ciudadana de paz y sana convivencia.
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